martes, septiembre 25, 2007

Construidas para no olvidar (I)

El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Y en el caso de las guerras y conflictos violentos entre nosotros, por desgracia hemos tropezado muchas más veces. Tantos siglos de conflictos parecen que no han calado en la humanidad que sigue empeñada en seguir el camino del odio y la autodestrucción.
Se dice que vale más una imagen que mil palabras. Y quizás fue lo que pensó Yevgeny Vuchetich, el hombre que diseñó y construyó los dos monumentos memoriales más grandes del mundo. Estoy hablando de dos estatuas con un vínculo en común: simbolizan a la Madre Patria. Ambas quieren recordar las grandes batallas que tuvieron lugar a sus pies y rendir homenaje a los soldados que lucharon en ellas.


La más "pequeña" de las dos estatuas se llama Родина-Мать. Se encuentra localizada en Kiev.Representa a una mujer que sostiene una espada con una de las manos y con la otra el escudo de armas de la Unión Sovética. La espada tiene una longitud 16 metros con un peso de unas 9 toneladas y el escudo tiene unas dimensiones de 13 por 8. En consonancia con estas medidas, la estatua (que se levanta unos 62 metros por encima del museo, que constituye su base) tiene una altura de 102 y un peso de 530 tonaladas. Todas ellas son grandes cifras. Tan grandes como las placas que se encuentran a la entrada del memorial. En dichas placas podemos ver los nombres de más de 11.600 soldados y más de 200 trabajadores a los que les concendió el título de Héroe de la Unión Soviética y Héroe del Trabajo Socialista respectivamente.
(continuará)

Fuente: Texto, foto