domingo, septiembre 30, 2007

Objetos perdidos: el caso de un héroe

Todo sucedió un 28 de marzo de 1890. Un coche de bomberos tirado por caballos sale de una estación de bomberos. Es una escena cotidiana desde hace unos 30 años. Antes no tenían esa ayuda para poder llegar más rápido a los incendios.
Pero volvamos a nuestro protagonista: uno de esos caballos. No conocemos su nombre, pero como era el caballo número 12 le llamaremos así: número 12. Era el caballo que lideraba el grupo. Se dirigían a apagar un fuego. Pasaron por una línea férrea y fue allí donde se le quedó atascado uno de sus cascos. El casco se rompió. No sabemos la razón que llevo al caballo a no pararse. Pudo seguir corriendo un kilómetro más, permitiendo a los bomberos llegar al lugar del incendio y salvar muchas vidas. Pero a cambio, él sacrificó su vida. Los bomberos tuvieron que sacrificarlo allí mismo para evitar que no sufriera. Para ellos fue algo duro, ya que los hombres cuidaban mucho a los caballos. Eran sus fieles compañeros de trabajo.
Uno de los bomberos recuperó el casco.Fue envuelto y guardado en la estación. En 1902 lo decidieron entregar al Instituto Smithsonian. Hoy en día sigue allí aunque la última vez que fue expuesto fue en 1983.