Piñas de abeto muy pequeñas, bolsa de plástico, 40 gotas de aceite esencial para rosas sintéticas, 20 gramos de esencia de cedro, 20 de esencia de incienso y 20 de esencia de mirra (supongo que se podrán usar otras esencias, aunque son fáciles de encontrar), base de espuma plástica para corona con bandeja de plástico, abono para flores, 3 velas, alambres de florista del 0,91, bayas rojas artificiales, podaderas (tijeras de podar), ramitas de acebo, un palo puntiagudo o un pincho y rosas rojas grandes.
Ponga las piñas en una blosa de plástico. Mezcle los aceites esenciales, póngalos en la bolsa y agítela durante unos minutos. Sumerja la corona de espuma en un poco de agua mezclada con abono para flores. Coloque las velas a intervalos regulares presionándolas contra la base de la espuma.
Inserte un cabo de alambre de florista en torno a la base de cada piña perfunada, y itre del mismo hasta que el extremo del alambre apenas sea visible. Monte con alambre pequeños racimos de bayas rojas, dejando los extremos del alambre lo bastante largos como para insertarlos en la espuma.
Corte unas ramitas de acebo. Agujeree la espuma con un pincho y utilícelo para introducir el acebo. Cubra la parte superior, interior y exterior de la espuma.
Añada los racimos de bayas artificiales poniéndolas en el centro de un grupo de hojas para que parezcan auténticas. Corte los tallos de las rosas a 7,5 cm de largo para que las flores se apoyen sobre el acebo y dispongan de espacio para que los pétalos se abran. Agujeree la espuma antes de insertar cada rosa.Añada las piñas y procure colocarlas de modo que el adorno resulte atractivo.
Fuente: El gran libro de las guirnaldas. Coronas, festones y aros decorativos. Fiona Barnett - Terence Moore