Correr, correr por lugares que nos son familiares. Rodeado de los edificios, correr hasta cansarse. Y descubrir un mundo nuevo crecer a nuestro alrededor. Probad vosotros mismos la experiencia. Adentraos vosotros mismos. En vuestra calle, en la calle de vuestro trabajo o en cualquier calle que os apetezca ver con otra mirada diferente. Seguro que luego, no lo volveréis a ver igual.