Cuando alguien pierde una mano aparece lo que se llama dolor fantasma. El paciente siente un dolor como si todavía la tuviera. No es un dolor real, realmente es un dolor totalmente psicológico. Se están estudiando formas para solventar dicho problema. Una de ellas es la siguiente:
El paciente pone su mano dentro de una caja en medio de la cual hay un espejo. De este modo su mano se refleja y siento como si la mano que le falta se moviera realmente. Esa imagen irreal suple su ausencia. Después de varias sesiones, los pacientes van notando como el dolor desaparece.
El paciente pone su mano dentro de una caja en medio de la cual hay un espejo. De este modo su mano se refleja y siento como si la mano que le falta se moviera realmente. Esa imagen irreal suple su ausencia. Después de varias sesiones, los pacientes van notando como el dolor desaparece.