Hace unos días fui a comprar unas cosas que necesitaba a Carrefour (no, no me pagan pero si no digo el nombre no tendría mucho sentido el post) El caso es que tuve que esperar un buen rato a la cola de la caja y eso que era una hora muy cercana al cierre. Estaba claro que no era la única que necesitaba comprar algo de última hora. Encima tenía el añadido de que el lunes era festivo.
El caso es que nunca me fije en un paquete de bolsas que me parecían totalmente diferentes a las normales. Me acerqué con cuidado de no alejarme de la fila, no fuera que perdiera el turno.
Lo primero que me llamó la atención fue que tenía un tacto diferente a las bolsas de plástico normales. Era un tacto mucho más agradable. Me puse a mirar ¿de qué estarían hechas? Me llamó la atención que ponía que estaban hechas con fécula de patata. Me gustó mucho que ponía que eran 100% biodegradables. Su impacto en el medio ambiente es mucho menor que las bolsas de plástico que tardan décadas en degradarse en comparación con los pocos días que tardan las de fécula.El caso es que nunca me fije en un paquete de bolsas que me parecían totalmente diferentes a las normales. Me acerqué con cuidado de no alejarme de la fila, no fuera que perdiera el turno.
Me pareció que las características de esas bolsas compensaba con creces el pequeño coste que suponía comprarlas. Quizás solamente sea un pequeño gesto pero yo creo que todos deberíamos ir dejando a un lado las bolsas de plástico. Deberíamos empezar a utilizar aquellos métodos de antaño: carritos, bolsos monederos (eran más cucos...) bolsas de tela... Y si somos un poco despitados y nos olvidamos lo anterior en casa pues utilizamos una bolsa biodegrable. Todo sea poner nuestro pequeño grano de arena que podría formar parte de una gran montaña.