martes, noviembre 21, 2006

Bastones de caramelo navideños


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Materiales (para cada bastón)

Un cuadrado de 15 cm de fieltro blanco, una cinta roja de 6 mm de ancho x 30,5 cm de largo, cinta estrecha plateada, una pequeña cantidad de guata para relleno, entretela termoadhesiva.

Preparación
Dibuje la plantilla del bastón sobre papel de calco o de seda. Córtela dos veces sobre el fieltro dejando 1 cm alrededor.


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Planche unas piezas de entretela termoadhesiva sobre el revés de la cinta roja. Retire la entretela de la cinta y plánchela en sentido diagonal sobre la parte frontal del bastón.
Prenda con alfileres la plantilla a una parte del bastón, hilvane el anverso y el reverso juntos, prendiendo la cinta plateada de 12,5 cm de longitud entre las dos partes del bastón para formar una lazada.
Cosa todo el contorno dejando una abertura para rellenarlo. Desprenda la plantilla. Rellene ligeramente el bastón y cosa la abertura por la parte superior.
Recorte el bastón, alrededor de las costuras.
La plantilla también se puede utilizar para hacer adornos para el árbol con arcilla de modelar de cocción lenta. Hay que recordar hacer un agujero en la parte superior, antes de cocerlo, para insertar un colgante.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

El mensaje de un dulcero
Anónimo
Un repostero del estado norteamericano de Indiana deseaba confeccionar un caramelo que representase el mensaje de Dios a la humanidad. A tal objeto, creó el bastón de caramelo típico de la Navidad. En tan sencilla forma, incorporó varios símbolos del nacimiento, ministerio y muerte de Jesucristo.
Comenzó con una barra de caramelo puro, macizo y de color blanco, simbólico de que el Señor nació de una virgen y que en Su naturaleza no hubo pecado. La dureza era señal de la fe y las promesas de Dios, firmes como una roca.
Dio al caramelo forma de jota en alusión al precioso nombre de Jesús, que descendió al mundo para salvarnos. También podía ser alegórico del cayado del Buen Pastor, en el cual se apoyó Él para bajar a los barrancos de este mundo y rescatar a los corderos que se han despeñado.
El dulcero añadió entonces cuatro franjas rojas al bastón. Las tres más delgadas simbolizarían las llagas infligidas a Cristo por los azotes. La otra, de trazo bastante más grueso, era alusiva a la sangre que derramó colgado de la cruz en promesa de vida eterna.
Si bien en muchos países el bastón de caramelo se ha constituido en uno de los rasgos distintivos de las Navidades, pocos conocen el simbolismo que tuvo en sus orígenes. Nos sirve de recordatorio del milagro que representa la venida de Cristo y el inmenso amor que nos trajo, el cual sigue siendo la fuerza preponderante del universo, la más sublime y positiva de todas.