250 gr de harina, 125 gr de manteca de cerdo, 100 gr de azúcar, 75 gr de almendras molidas, canela, licor al gusto y aceite.
Para comenzar, se pone al fuego lento una sartén que previamente se habrá untado de mantequilla. Se va añadiendo harina muy lentamente, removiendo constantemente con una cuchara de madera para que no se formen grumos ni se pegue. Se seguirá trabajando el tiempo necesario hasta que la harina esté tostada. Se retira del fuego y se deja enfriar; después se le añade la manteca de cerdo, el azúcar, las almendras previamente molidas, una pizca de canela y cuatro copas de licor.
Se amasa todo el tiempo que sea necesario, hasta conseguir una masa fina que resulte muy fácil de manejar. Se extiende la masa sobre una superficie lisa y se aplana con un rodillo de cocina, hasta dejarla de un grosor de medio centímetro aproximadamente.
Después se va cortando con un molde redondo (si se carece de molde, se puede utilizar un vaso) Se enrollan sobre sí mismas las porciones y una vez confeccionados los polvorones se pueden envolver en papel de seda especial de pastelería o guardarlos en una lata.
Fuente: 1000 recetas de repostería y pastelería de los conventos de clausura.
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