M de máquina, de mecanografía, de mentalizarme y también de un poco de miedo (todo hay que decirlo) Ya, quizás sea mejor decir nerviosismo, intranquilidad.. pero ninguna de esas palabras empezaba con M. Mañana voy a hacer un examen que decidirá muchas cosas. No lo voy a hacer sola, tendré que llevar a una compañera forzosa: la máquina de escribir. Un instrumento con muchos años de existencia a sus espaldas. Dicen que ya existía una patente en 1714, aunque la primera máquina reconocida fue el "címbalo escribiente" de Giuseppe Ravizza fechado en 1837 y patentado en 1856. Siempre que escuchó el nombre de Giuseppe, me imagino a un hombre italiano con una servilleta en el cuello. Está sentado a una mesa que tiene un mantelito a cuadros y llama a gritos al tal Giuseppe, que es el dueño de la pizzeria donde está.
Son máquinas dignas de los museos y de las tiendas de antigüedades. Mañana, en el examen habrá una concentración de máquinas de escribir. Algo así como una campus party tradicional cuyos protagonistas serán los abuelos de los ordenadores actuales.
No creo que mi máquina y yo pasemos este examen. A ella le dará igual, pase lo que pasé volverá a estar inactiva. Volverá a soñar con tiempos pasados, mecida por el sonido de un tecleo ya muy lejano.
2 comentarios:
;) la suerte es para los que no saben asi que no te deseo suerte.
Muchas gracias. Mañana ya te contaré como me fue en esta aventura.
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