¿Hace mucho que fuisteis a una boda? Supongo que en esa boda es habrán dado tarta. Y yo pregunto ¿qué hicieron con ella? No, no me he vuelto loca. Quizás la pregunta ahora parezca un poco tonta. La respuesta de la mayoría (esos que pueden comer dulce) será: Pues comerla. Ahora mismo si es totalmente obvia esa respuesta. Pero no siempre fue así. Hubo un tiempo en el que se estilaba cortar la tarta en muchos trozos. Dichos trozos se guardarban en cajitas individuales y se las regalaban a los comensales.
Y luego se la comían en casa... dirá alguno. Pues, supongo que a lo mejor alguno pero lo normal es que lo guardaran como un recuerdo de la boda. Vamos, como se guardan ahora los regalos variados que se dan en las bodas. Supongo que en algún momento esos trozos de tarta seguirían el mismo camino que algunos regalos de boda actuales.
Supongo que daría igual de que estuviera hecha la tarta, si estaba más o menos rica... con que diría para dar un trozo a cada invitado era suficiente.
Un ejemplo de tarta al uso fue la del famoso enano Tom Thumb. En su boda, celebrada el 10 de febrero de 1863, se repartió entre sus invitados una tarta cuyo peso rondaba los 37 kilos.
Ahora mismo la verdad es que, por lo menos a mi esta costumbre suena como algo bastante raro. Regalar de recuerdo algo comestible, algo que se deteriora con el tiempo no tiene mucho sentido. ¿vosotros se lo veis?
Y luego se la comían en casa... dirá alguno. Pues, supongo que a lo mejor alguno pero lo normal es que lo guardaran como un recuerdo de la boda. Vamos, como se guardan ahora los regalos variados que se dan en las bodas. Supongo que en algún momento esos trozos de tarta seguirían el mismo camino que algunos regalos de boda actuales.
Supongo que daría igual de que estuviera hecha la tarta, si estaba más o menos rica... con que diría para dar un trozo a cada invitado era suficiente.
Un ejemplo de tarta al uso fue la del famoso enano Tom Thumb. En su boda, celebrada el 10 de febrero de 1863, se repartió entre sus invitados una tarta cuyo peso rondaba los 37 kilos.
Ahora mismo la verdad es que, por lo menos a mi esta costumbre suena como algo bastante raro. Regalar de recuerdo algo comestible, algo que se deteriora con el tiempo no tiene mucho sentido. ¿vosotros se lo veis?
No hay comentarios:
Publicar un comentario