En todas las guerras, uno de los objetivos primordiales es lograr engañar al enemigo.
En Vietnam se quería hacer creer a los vietcongs que había muchos militares estadounidenses en una zona determinada. La forma de hacerlo fue algo sencillo, aunque viendo como terminó la guerra quizás podemos decir que no fue muy eficaz. Decidieron tirar paracaídas a los que habían atado bloques de hielo. Los paracaídas caían al suelo y el hielo desaparecía con lo que daba la sensación de que había sido enviado un regimiento de soldados a la zona.
En Irak, Sadam hizo construir bases enteras con tanques, camiones y aviones de cartón-piedra. Se quería conseguir que los aviones espías pensaran que existía mucho más material bélico de lo que en realidad tenían. También podía ser una forma de distraer la atención sobre los blancos reales.
En Vietnam se quería hacer creer a los vietcongs que había muchos militares estadounidenses en una zona determinada. La forma de hacerlo fue algo sencillo, aunque viendo como terminó la guerra quizás podemos decir que no fue muy eficaz. Decidieron tirar paracaídas a los que habían atado bloques de hielo. Los paracaídas caían al suelo y el hielo desaparecía con lo que daba la sensación de que había sido enviado un regimiento de soldados a la zona.
En Irak, Sadam hizo construir bases enteras con tanques, camiones y aviones de cartón-piedra. Se quería conseguir que los aviones espías pensaran que existía mucho más material bélico de lo que en realidad tenían. También podía ser una forma de distraer la atención sobre los blancos reales.
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