En Nueva York hay multitud de rincones que impresionan y sorprenden al viajero que llega a esta ciudad estadounidense: la estatua de la libertad, el edificio ChrysLer, la catedral de St. Patrick, el museo metropolitano de arte, el museo Guggenheim.... Pero también hay algún rincón de esta gran ciudad que son invisibles a los ojos de los visitantes. Uno de esos lugares es una abandonada estación de metro.
No es una estación de metro cualquiera ya que es propiedad de un hotel: el hotel Waldorf. Creo que es el único caso de hotel que posee una estación de metro propia. Tenía un cometido muy especial: era la estación de metro que usaba el presidente Roosevelt. Como es natural la estación estaba totalmente acondicionado para que él la usara.
El presidente Roosevelt se vio afectado por una poliomelitis que le impedía andar con normalidad. A pesar de estar impedido siempre quiso dar una sensación de normalidad. Algo que consiguió conduciendo su Ford. Era un coche especial ya que podía frenar, acelerar y cambiar de marcha con las manos. Cuando Roosvelt se hospedaba en el hotel iba en ese coche. No entraba como todo el mundo. Usaba la estación de metro del hotel metiendo su coche en un furgón de metro especial. Dicho furgón de metro tenía unas puertas especiales para que pudiera entrar el vehículo y unos ejes muy amplios para soportar su peso.
Así, Roosvelt podía llegar con su coche a esa estación de metro particular. Luego subía directamente al hotel usando un ascensor a medida que podía cargar varias toneladas. Esa estación y ese ascensor son una pequeña parte de la historia que está escondida a nuestros ojos.
3 comentarios:
Qué curiosa esta historia, la desconocía.
Lo cierto es que Nueva York es como lo que te dije de San Fermín pero a lo bestia. La típica ciudad que sale en tu película favorita, la más mítica, la que sueñas con ir día a día. Espero que no pase mucho tiempo hasta poder cruzar el charco de una vez.
Es bueno saber que aparte de los monumentos emblemáticos o rincones archiconocidos hay pequeñas historias tan especiales en una ciudad tan gigante.
Yo lo más "parecido" que viví fue en París, que yendo hacia "Hôtel de Ville" (Ayuntamiento), la estación de metro salía en el corazón de un centro comercial y a mí me impactó. Es decir, tras salir de los tornos en lugar de ver el cielo parisino, sólo veía precios de tornillos (encima era la parte de ferretería, algo cutre, sí, jaja) y demás. Ya pensábamos que nos habíamos equivocado y todo, :)
Un beso :)
Daniel
PD: Ey, tengo problemas para publicar el comentario. Disculpa si te salen cinco o seis a la vez luego porque le he dado mil veces, jaja.
Hola Daniel.:)
La verdad es que conocemos muchos de sitios de Nueva York sin haber estado nunca allí. Todo gracias a las películas y series que vemos. Yo también tengo ganas de ir un día.
Curioso también lo de la estación de metro que está en ese centro comercial en París. Supongo que algo habrán pagado los del centro comercial ya que, gracias a esa estación de metro tienen más clientes.
¿qué problemas tuviste para publicar el comentario? Pero tranquilo solamente se publicó una vez.
un beso :)
El problema era algo tonto. Yo me registré en blogger hace mil años porque al principio mi blog iba a ir en esa página, aunque al final acabó yendo por otros derroteros.
Pero no sé por qué, si porque ha caducado la cuenta o porque empiezo a sufrir de alzheimer, la contraseña no me la reconoce, por lo que he acabado escribiendo el nombre y la página de web en el apartado "Otros" (en lugar de "google/blogger y anónimo"). Pero le di tantas veces antes que temí que saliera mil veces mi mensaje, jeje.
Como ves, ya tienes un fiel lector más, jaja.
Otro beso y te seguiré leyendo :)
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